jueves, 17 de noviembre de 2011


Después de La caída solo queda… levantarse!

Paul David Tripp (Whiter Than Snow: Meditations on Sin and Mercy)


“Cuando me acerco al Señor después de haber pecado contra él y haberlo echado todo a perder, solo me queda un argumento: No es el argumento de la dificultad del lugar donde estoy, de las personas difíciles que me rodean, de mis buenas intenciones que han sido distorsionadas en alguna manera. Vengo al Señor con solo una apelación; Su misericordia.

… No tengo ninguna otra defensa. No tengo ninguna otra postura, esperanza. No puedo escapar de la realidad de que mi mayor problema soy yo mismo.

…Así que apelo a la única cosa en mi vida de la que estoy completamente seguro de que nunca fallará, algo que me ha sido garantizado, no solo mi aceptación por Dios, por cuanto soy su hijo, y en Cristo he sido Justificado, sino en la esperanza de que después del arrepentimiento tengo la esperanza de un nuevo comienzo y un inicio fresco.

…Apelo en los términos del más grande regalo que jamás ha sido dado a un mortal.

Dejo la sala de apelación de mi auto defensa, dejo de esconderme en mis pensamientos y admito quien soy yo en realidad.

… Pero no tengo ningún miedo, porque ya he sido bendecido personal y eternamente en Cristo. Porque lo que Jesús ha hecho, Dios lo ve en mi, a mi favor, y me ve con misericordia. Esta es mi única apelación, es el origen de mi esperanza, es mi vida.”

Mi clamor: ¡Misericordia Señor, Ten misericordia de mi!”

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